Maratón de Valencia 2019. La meta más bonita.
Es curioso el proceso del deportista amateur. En mi caso "Aged Group Triathlete". Lo pongo en inglés porque Triatleta de Grupos de Edad queda poco divertido ;-). A lo largo del año deportivo, uno se concentra en el calendario, pero al mismo tiempo le empiezan a entrar por el ojo, nuevos retos. Objetivos futuros para el medio y largo plazo. Uno de estos objetivos ha sido el Maratón de Valencia. Ahora y puedo decir que ha sido ... porque ya es un objetivo cumplido. Una medalla más para la colección de vivencias.
El Maratón de Valencia, era el último gran objetivo del año. Tras el buen maratón realizado en el Ironman de Austria, el reto que me puse a mi mismo fue ambicioso. Bajar de 3 horas. La realidad me puso en mi sitio y hubo que ir ajustando las pretensiones iniciales a la realidad. Después del Ironman es difícil no desconectar. Los últimos 5 años ha sido "El Objetivo del Año". En Valencia tenía mucho tiempo entre prueba y prueba. A priori daba tiempo a todo. La realidad es que no entrené como debía. No lo viví como una decepción sino como la prueba de que el deporte para mi es una afición, una afición que está en la agenda, que forma parte de mi vida, eso si, una afición que vivo sin obsesiones. Tras el Ironman he priorizado, leer, estudiar, pasar más tiempo con amigos, incluso ver TV.
Con los nuevos objetivos en mente y ya sin la idea de bajar de 3 horas, los entrenamientos poco a poco dieron sus frutos. Me costo volver a correr a ritmos decentes, pero durante el último mes, cada semana que pasaba me encontraba más fuerte.
Y llegamos a la semana final. Y el lunes de la semana del Maratón, un pinchazo en el gemelo derecho, me dejo un poco tocado. Más mental que físico. La semana fue por tanto de descanso total y sin forzar lo más mínimo. Tampoco se perdía mucho, más allá de las dudas.
El fin de semana en Valencia fue espectacular. ¡Qué ciudad! ¡Que ambiente! "La ciudad del running" se hace llamar y se lo tiene merecido. Aprovechamos para hacer un poco de turismo y como no para que nuestras ganas de volver crecieran de forma exponencial. Hay que dedicarle tiempo a la ciudad. Sin duda.
En la feria del corredor, una alegría encontrarse con los amigos de KeepGoing. Qué bonito comprobar iniciativas emprendedoras relacionadas con el deporte y tan cercanas. En el 2019 he podido disfrutar de su buen hacer.
Y lo mejor, encontrarme a mi entrenador en el stand de Hoka One One. Eneko Llanos es sin duda el mejor. Como entrenador, un crack. Como persona ... ya sin palabras. En esta ocasión pudimos hacer la charla previa de una competición sobre la marcha. Tengo un gran recuerdo, increíble recuerdo de la conversación. Cada oportunidad que tengo de aprender de él, es como un regalo. Es como ir al cine, se disfruta cada segundo. En esta ocasión, además, recibí el consejo que a la postre, me permitió terminar la carrera. Comentando el percance de la semana, y dado que no había rotura, ... "Si se reproduce el dolor en la carrera, un ibuprofeno y para adelante". Fue un consejo que vale una medalla de finisher en mi quinto Maratón. ¡Qué alegría dar terminar un Maratón! Solo superado por la alegría de terminar un Ironman.
El día de la carrera siempre se vive con emoción. Poder ir andando a la meta fue un plus. Me encanta esos momento con mi gran soporte en la vida y en las carreras. Ella siempre presente. Como quería hacer un buen tiempo, a pesar de todo, me preocupe de llegar para entrar en mi cajón. Aquí un aprendizaje para el futuro. No sólo hay que entrar en el cajón. Es importante también entrar en la parte de adelante del cajón. Aquí tengo que reconocer que nos entretuvimos charlando y lo dejé hasta el final. Hay variación de tiempo entre los primeros y los últimos. En mi caso, lo viví al comenzar la carrera. Es bueno no acelerarse, pero siendo mi ritmo de 4'17", tuve que ir a 4'45" durante un par de km. Si bien no es un drama, si tienes como objetivo bajar de 3 horas, cada segundo cuenta.
En mi caso, me lo tome con calma porque ya no iba a por la marca mítica. Además iba con las dudas del gemelo. A partir del km 2, ya comencé a apretar. La cosa pintaba bien, pero en el km 3, sentí molestias que iban creciendo con el paso de los metros. En mi cabeza todo el rato, que el agua estaba en el km 5 y el ibuprofeno mejor con agua. También pensé que lo que no me gusto el día anterior cuando pasé por la farmacia, y es que el ibuprofeno fuese en pastilla, me vino de miedo, cuando al incrementar el dolor me lo tome a pelo. Tomarse los polvos efervescentes sin agua podría haber sido muy duro. Desde ese momento, en mi cabeza, solo un pensamiento. Terminar.
De ahí hasta el km 14 con molestias que iban remitiendo poco a poco. Desde el km 14, ya no sentía dolor. Creo que las molestias me pudieron restar a los sumo 4 minutos, el resto hasta mi tiempo final, fue la falta de entrenamiento. No excusas.
A partir del km 7 empece a incrementar el ritmo, aunque conservador. No quería que empeorar la situación me impidiese acabar la carrera. Si no fuese por esa meta tan espectacular, que quería cruzar a toda costa, seguramente hubiese optado por retirarme en el km 5. A uno siempre se le pasa por la cabeza que hacer muchos km con algún tipo de molestia puede traer consecuencias a futuro. Sin embargo, al ver la entrada en la Ciudad de las Ciencias y de las Artes de Valencia el día anterior, me entraron unas ganas locas de cruzar esa increíble pasarela que lleva a la meta. Merece mucho la pena. La meta más bonita que he conocido. No se si la mejor, pero sin duda la más bonita. Estoy convencido que Valencia que hoy día seguro es el mejor maratón de España se convertirá en uno de los mejores del mundo. Una referencia.
Poco a poco el Maratón fue desarrollándose mejor. En el km 9 vi a mi pareja, que con su ánimos me dio más fuerza. Durante el recorrido vi a mi entrenador, que también con sus ánimos me dio fuerzas. Luego al final puede comprobar que también es un crack con la cámara de fotos. Las mejores fotos de la carrera me las sacó él.
Al final todo esfuerzo tiene su recompensa y pude finalizar mi quinto Maratón. Me quedé a 20 segundos de mi mejor tiempo, logrado un año antes en Berlín. Dos maratones en 3h12', tampoco esta mal. Es una sensación indescriptible, porque a pesar de no mejorar mi marca personal, dado todo lo que ocurrió en esta prueba, me dejó un increíble sabor a triunfo. Una sensación de éxito.
El año anterior, logré una gran marca, pero forzado desde el inicio y a muerte hasta el final. Llegué pensando que ya iba a ser muy difícil mejorar lo logrado en Berlin. En Valencia terminé pensando que sin ir relajado, que no, tengo capacidad de ir más exigido. Veo muy factible bajar de 3h05' si sigo haciendo las cosas como hasta ahora. Y eso sí. Si llego a tope de forma y afinado, es asumible bajar de 3h. Por lo menos posible. Con capacidad de lucharlo ... y con el sentimiento de que puedo lograrlo.
Ya en el 2020, seguimos con muchos retos. Uno, que la crónica de la carrera no llegue con 2 meses de retraso. Este año, un objetivo personal será plasmar de forma más recurrente mis vivencias en este maravilloso mundo del deporte, no solo como lo hago ya en mi cuenta @j2lg de Instagram y Facebook, sino a también de mis palabras en este Blog.
@j2lg - Joseluis
Comentarios
Las fotos son muy buenas, también las que complementas en tus otras redes sociales.
Aprendo mucho con tus vivencias, gracias crack.
¿Cuál es el próximo reto?
Gracias por el artículo y con ganas de leer los siguientes!